Ejemplo de efecto flare. Foto: Catalá Roca. |
El efecto llamado "flare" (del inglés "llamarada"), se produce en una fotografía, cuando parte del haz de luz que entra en el objetivo de la cámara, se refracta al atravesar las diferentes lentes que lo componen y rebota en las paredes del interior del cuerpo del objetivo.
El efecto de refracción del haz lumínico, se produce justo en el momento de atravesar el cristal de las lentes y parte de ese haz, se desvía de su trayectoria inicial. Los haces de luz que se proyectan sobre la superficie interior del cuerpo del objetivo, se reflejan y "rebotan" de forma repetida, entre ésta y las lentes que hay en el interior del objetivo.
Esta reflexión, se repite de forma infinita, hasta que las pérdidas producidas después de cada reflexión, llegan a hacer desaparecer el haz.
Este efecto, produce una pérdida de contraste en la imagen captada y se acentúa más, cuanto mayor contraste exista en la escena a fotografiar. Puede verse muy claramente, en los contraluces y la pérdida, total o parcial, del contorno de las figuras.
Uno de los elementos tratados, son las lentes que configuran el objetivo y sus superficies se recubren con una película semitransparente, que evita en gran manera la aparición de este efecto óptico. La composición de este recubrimiento, es muy variable, según sea el fabricante y se debe encontrar un buen equilibrio entre transparencia y eficacia.
Otro de los elementos a tratar, con el fin de evitar el efecto "flare", son las paredes interiores del cuerpo del objetivo, que como hemos visto, es uno de los principales causantes de la aparición del efecto, debido a ala reflexión de la luz sobre ella. Para ello, se pinta esta superficie, de un color y textura de máxima absorción lumínica. Éste no es otro, que el color negro mate profundo.
Hay que tener en cuenta, que este efecto, que desde el punto de vista técnico se desea evitar, puede ser aceptado y buscado, desde el punto de vista estético y artístico, ya que su formación, puede producir un efecto muy preciado.
Las lentes de los objetivos fotográficos, anteriores a los años 60, adolecen de un recubrimiento "anti flare" de muy poco rendimiento y los tratamientos para evitar la reflexión interior, no reducían del todo la reflexión interior. Sobra decir, que este tipo de objetivos, son un bien preciado, para los amantes de los efectos que produce este fenómeno.
Con la aparición o mejor dicho, la popularización de la película en color, se potenciaron y se mejoraron los sistemas para evitar la refracción de la luz, ya que la descomposición del haz en los colores que la componen, provocaban unas aberraciones cromáticas muy acusadas, ya que las lentes de los objetivos más primitivos, no poseían ningún tipo de recubrimiento para evitarla, además de producirse un efecto "flare" más que pronunciado. Es por ese motivo, que no es extraño ver grabado en muchos objetivos, anteriores a los años 60, la palabra "Color", indicando que las lentes han estado tratadas especialmente, para el uso de la película en color.