Arruinar una lente tras golpear el suelo en una caída, es algo a la que nos exponemos todos, mientras usamos nuestras cámaras. A pesar de poner todo nuestra atención y tratar el equipo con máximo cuidado, el riesgo existe y nunca podemos evitar esto por completo.
En este caso, el objetivo afectado fue un precioso Nokton 50/1.5, para Leica, que tras la colisión, quedó totalmente inservible, doblándose el parasol (y que gracias a él, se pudo evitar la rotura de la lente frontal), y desarmándose el cuerpo del objetivo, así como el anillo de selección de diafragmas.
Este objetivo en particular, es especialmente propenso a lo sucedido, puesto que el cuerpo principal, dónde quedan fijados los componentes del objetivo, es de material plástico que no resiste bien los impactos, sobretodo los laterales.
Para recuperarlo, se procedió a la reparación del elemento de anclaje, que sustenta el cuerpo del objetivo.