Leica IIIf "dial rojo" de 1953 |
Muchos usuarios de las cámaras telemétricas Leica, de la serie original (como dicen algunos, las "auténticas" Leica) con montura a rosca para el objetivo, acostumbran a decir que ninguna de ellas tiene visor. Si bien es cierto que algunos modelos se fabricaron sin visor incorporado y se hacía necesario usar uno exterior, no lo es menos que los visores de las que sí lo poseen, distan mucho de lo que muchos entienden por visor y con lo que están habituados a usar.
Los visores de estas cámaras son extremadamente simples, tanto es así, que no disponen de marcas de encuadre, ni evidentemente cuentan con sistema de corrección del error de paralaje, típico en las cámaras telemétricas. De hecho, la telemetría se realiza a través de un visor diferente al de encuadre, aunque muy cercano a él. Estas cámaras tampoco disponen de ningún tipo de fotometría.
Al no disponer de ningún mecanismo corrector del error de paralaje en el momento del encuadre, y evitar al máximo este problema, era necesario situar el visor muy próximo al objetivo, pero no nos engañemos, sigue existiendo error de paralaje, que se hace evidente en el encuadre de escenas a poca distancia.
Esta necesaria proximidad de los dos ejes (visor y objetivo), causaba una evidente invasión de la gran mayoría de objetivos, en el campo de visión del visor. Solo los objetivos más básicos y elementales, sin ningún accesorio montado, no son invasivos para estas cámaras. Ésto hace que muchos usuarios de este tipo de cámaras, usen siempre visores externos, montados en la zapata de accesorios, que, aún quedar más distanciados del eje del objetivo, y por ello, poseer más error en el paralaje, sean preferidos. Algunos de los visores externos, como los comercializados por Leica, poseen un corrector mecánico del paralaje entre él y el objetivo, modificando el ángulo que forman.
He intentado reflejar el problema mencionado en el artículo, mediante unas fotografías, pero aseguro que mirando a través de él, el problema es bastante más acusado.
En el primer ejemplo, podemos ver un objetivo no invasivo. Hay quienes aseguran que el Leica ELMAR 50/3.5, es la única lente que se puede usar cómodamente en estas cámaras, siempre que no se use parasol. Veamos lo que ocurre.
1. Objetivo Leica Elmar 5cm (50mm) f:3.5 de 1938:
Este es uno de los casos de objetivo no invasivo, en el campo visual a través del visor de la cámara.
Leica Elmar 5cm f:3.5 de 1938 |
Visión a través del visor de la cámara |
2. Objetivo Leica Elmar 5cm f:3.5, con parasol original:
En este caso, ya se presenta una mínima invasión en el campo visual a través del visor de la cámara, causada por el parasol.
Leica Elmar 5cm f:3.5 con parasol |
Visión a través del visor de la cámara |
3. Objetivo Leica Summitar 50mm f:2 de 1948.
En este caso, ya se produce una invasión perceptible y un tanto problemática para realizar ciertos encuadres, al perder parte del campo de visión en la zona inferior.
Leica Summitar 50mm f:2 |
Visión a través del visor de la cámara |
4. Objetivo Leica Summitar 50mm f:2 con parasol original SOOPD.
En este caso, ya se produce una invasión bastante molesta, en la que desaparece una parte considerable del campo de visión a través del visor.
Parasol Leica SOOPD, específico para Leica Summitar 50/2 |
Visión a través del visor de la cámara. |
Como conclusión, el visor de estas cámaras puede ser usado cómodamente con objetivos de pequeño tamaño, como pueden ser el Leica Elmar 5cm, pero dejan de serlo si usamos lentes de mayor tamaño, más luminosas y por descontado, si usamos un objetivo de cualquier distancia focal diferente a la "normal" 50mm. Para ello, se hace imprescindible usar visores externos, de los que se dispone de una extensa gama de versiones diferentes.
De todos modos, son cámaras que pese a sus limitaciones y particularidades, se dejan querer, creo que precisamente por ese mismo motivo, y tienen muchos adeptos, como el que suscribe.